Si bien, la universidad de tu(s) hijo(s) (nietos, sobrinos) puede ser una de las metas más importantes que tienes. Es importante ser consciente de la prioridad con la que debemos de manejar y administrar nuestras finanzas. En general, lo recomendable es que comencemos a ahorrar para la educación de nuestros hijos una vez que tengamos la certeza de que nosotros mismos ya tenemos buenas coberturas. Es decir, si estás protegido con un seguro de vida, tú y tu familia tienen seguro de gastos médicos mayores y ya tienes un plan personal de retiro. Es entonces cuando podemos considerar hacer ahorros a más corto plazo. Es como las instrucciones que nos dan al abordar un avión: Si falta oxígeno y las mascarillas caen, tú debes colocarte la mascarilla primero y posteriormente a tu hijo o a los menores que vayan contigo. (si te desmayas por andar ayudando primero a los demás, todos se quedan sin mascarilla). Lo mismo ocurre cuando comenzamos a ahorrar para objetivos que van más allá de nosotros mismos. Ej: comienzas a ahorrar para la universidad de tu hijo, y no tienes seguro de vida. Si llegaras a faltar y tú eras el proveedor económico, el dinero que estaba destinado a la educación se va a gastar en los gastos básicos de tus beneficiarios.

Teniendo lo anterior en cuenta, el porcentaje de presupuesto que se considera sano para tener los productos financieros mínimos para garantizar nuestra estabilidad económica no deberían de ser mayores a un 20% de nuestro ingreso (seguros y ahorro para el retiro). Teniendo estas necesidades ya cubiertas, deberíamos tener disponible un 30% para objetivos de inversión a corto y mediano plazo (Crédito hipotecario, ahorro educativo, inversión en un negocio). El 50% restante de nuestro ingreso es el que deberíamos tener presupuestado como un máximo para nuestros gastos fijos (comida, servicios, vacaciones, entretenimiento, etc). Es la famosa fórmula 50-30-20. Entonces, si actualmente esos porcentajes están lejos de la realidad, la recomendación que te puedo dar es que comiences paulatinamente a contratar tus seguros, tu ahorro para el retiro y tus ahorros educativos, mientras también reduces tu gasto fijo y así ese 20% destinado a tu futuro y el 30% destinado a tus inversiones y metas deje poco a poco de ser utilizado por tu gasto del día a día.

En cuanto a la cantidad de ahorro anual necesaria para poder garantizar las colegiaturas y gastos educativos de tus hijos, va a depender de la edad que tenga tu hijo al momento de que comiences a ahorrar, de el monto de ahorro que desees lograr y de la edad y género del contratante (para las coberturas de fallecimiento e invalidez). 

Supongamos que Deseas ahorrar $1,000,000.00 de pesos para cuando tu hijo cumpla 18 años (no te preocupes por la inflación, tu ahorro la cubre). Entonces:

• Si tu hijo es recién nacido deberías ahorrar aproximadamente $52,000.00 pesos al año*
• Si tiene 3 años deberías de ahorrar aproximadamente $64,000.00 pesos al año*
• Si tiene 5 años deberías de ahorrar aproximadamente $76,370.00 pesos al año*
• Si tiene 8 años deberías de ahorrar aproximadamente $100,000 pesos al año*

En resumen, si ya estás cubierto con tus necesidades financieras básicas. Te recomiendo hacer un ahorro universitario que se encuentre dentro de tus posibilidades lo antes posible. Cualquier cantidad que logres ahorrar, sin duda alguna te va a ayudar para cuando llegue el día en que tus hijos comiencen su carrera profesional