Ya sea comprar una casa, un año sabático, comenzar un negocio, jubilarte joven o cualquier meta que sea muy importante lograr para ti en el futuro. Es vital ser consciente de la prioridad con la que debemos de manejar y administrar nuestras finanzas. En general, lo recomendable es que comencemos a ahorrar para nuestras metas una vez que tengamos la certeza de que ya tenemos buenas coberturas. Es decir, si estás protegido con un seguro de vida, tú y tu familia tienen seguro de gastos médicos mayores y ya tienes un plan personal de retiro. Es entonces cuando podemos considerar hacer ahorros a más corto plazo. Es como las instrucciones que nos dan al abordar un avión: Si falta oxígeno y las mascarillas caen, tú debes colocarte la mascarilla primero y posteriormente a tu hijo o a los menores que vayan contigo. (si te desmayas por andar ayudando primero a los demás, todos se quedan sin mascarilla). Lo mismo ocurre cuando comenzamos a ahorrar para objetivos que no son una prioridad básica. Ej: comienzas a ahorrar para un negocio, y no tienes seguro de gastos médicos mayores. Si llegaras a tener una enfermedad o accidente, el dinero que estaba destinado al negocio lo vas a tener que disponer para gastos médicos.

Teniendo lo anterior en cuenta, el porcentaje de presupuesto que se considera sano para tener los productos financieros mínimos para garantizar nuestra estabilidad económica no deberían de ser mayores a un 20% de nuestro ingreso (seguros y ahorro para el retiro). Teniendo estas necesidades ya cubiertas, deberíamos tener disponible un 30% para objetivos de inversión a corto y mediano plazo (Crédito hipotecario, ahorro educativo, inversión en un negocio, casa nueva, etc). El 50% restante de nuestro ingreso es el que deberíamos tener presupuestado como un máximo para nuestros gastos fijos (comida, servicios, vacaciones, entretenimiento, etc). Es la famosa fórmula 50-30-20. Entonces, si actualmente esos porcentajes están lejos de la realidad, la recomendación que te puedo dar es que comiences paulatinamente a contratar tus seguros, tu ahorro para el retiro y tus ahorros para invertir y/o disfrutar, mientras también reduces tu gasto fijo y así ese 20% destinado a tu futuro y el 30% destinado a tus inversiones y metas deje poco a poco de ser utilizado por tu gasto del día a día.

En resumen, si ya estás cubierto con tus necesidades financieras básicas. Te recomiendo hacer un ahorro que se encuentre dentro de tus posibilidades lo antes posible. Cualquier cantidad que logres ahorrar, sin duda alguna te va a ayudar para cuando llegue el día en que tus objetivos estén a tu alcance.